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No hace caso ni a Paloma ni a Santiago Segura: así se ha puesto el mundo por montera Enrique Ponce en el verano más feliz de su vida

Puede que esta sea la faena definitiva en la vida torera de Enrique Ponce: la que ha roto con los estereotipos de la edad para vivir, sin freno ni miedo al ridículo, sus nuevas pasiones. Ponce va pisando fuerte con todo: su romance con Ana Soria, sus noches de fiesta con la pandilla, su vocación de cantante...

Pincha en la foto para ver otras parejas famosas perfectas además de Enrique Ponce y Paloma Cuevas que nos sorprendieron con divorcios que nos pillaron por sorpresa./GTRES

Pincha en la foto para ver otras parejas famosas perfectas además de Enrique Ponce y Paloma Cuevas que nos sorprendieron con divorcios que nos pillaron por sorpresa. / GTRES

Elena de los Ríos
ELENA DE LOS RÍOS

Ha sido la auténtica sorpresa de un verano que no nos deja ni respirar, y no precisamente por el calor. Enrique Ponce se ha convertido en el protagonista más inesperado, insólito y asombroso de estos meses sobresaltados. La mutación de su personaje público, de circunspecto padre de familia y amante esposo de Paloma Cuevas, siempre serio, comedido y formal, al dicharachero y alegre aspirante a cantante que estamos descubriendo es increíble.

Una lectura apresurada sobre esta metamorfosis podría apuntar a la presencia de Ana Soria como la explicación del gran cambio. La historia de amor del torero con la estudiante de derecho significaría, en esta teoría, mucho más que un romance: sería el comienzo de una nueva vida.

El romance entre Enrique Ponce y Ana Soria ya ha provocado ríos de tinta, sobre todo por destapar el frágil estado de su matrimonio con Paloma Cuevas, sin embargo esperanzada hasta el último momento en reverdecer su relación con el torero. Eran, solo en apariencia, la pareja perfecta.

Fuera de los focos, la distancia entre Cuevas y Ponce podría haberse vuelto demasiado grande: ella cada vez más centrada en su familia (y muy apesadumbrada por la muerte de su hermano) y él, en esa segunda juventud de los que buscan apurar los días hasta sus últimas consecuencias. No es casualidad que sea una mujer que recién despega su edad adulta la elegida para darle un nuevo giro a su vida.

El diestro se juega mucho: reputación, familia, respeto, en este romántico triple salto mortal. Aunque la vitalidad es un factor que puede distanciar fácilmente a una pareja, dicen que en los dos últimos años, en los meses de distancia entre Ponce y Paloma Cuevas, el torero no parecía el mismo. De estas fechas son sus vídeos bailando, cantando y divirtiéndose en fiestas.

El Enrique Ponce que hoy asombra al mundo, el torero que baila como Michael Jackson o aspira a publicar un disco con rancheras y boleros, no tiene nada que ver con el adusto e inexpresivo marido que Paloma Cuevas solía llevar al lado. Puede que este nuevo personaje, esta persona que estamos redescubriendo este verano, sea el Enrique Ponce de verdad. ¿Y si Enrique Ponce hubiera sido reprimido por el señor circunspecto?

Puede que Enrique Ponce no vaya a realizar faena más importante este verano que la de su propia liberación, pues se conduce con absoluta libertad y totalmente al margen de los comentarios que tratan de ridiculizarle. Como si enamorarse, divertirse, cantar o bailar tuviera una edad o fuera uno menos señor (o señora) por vivir a todo lo que da una vida finalmente tan frágil y corta. No queda más que aplaudir las coreografías, las canciones, los abrazos enamorados, los selfies románticos y los besos a las tantas de la mañana con la pandilla veinteañera de la novia. Aunque, según cuentan las crónicas, se pasen de empalagosos y Quique (Ponce) peque de cantante pesado. Que le quiten lo 'bailao'.

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