Por qué Feliciano López ha ganado la guerra con su ex pareja más vengativa: polémicas calientes en Twitter, familia perfecta, amigos VIPS y triunfo en el Mutua Madrid Open

No se parece ni a Santana ni a Bruguera ni a Nadal. De hecho, no se parece a ningún otro tenista español con un Grand Slam (tiene el título de dobles de Roland Garros) en su poder. Feliciano López (Toledo, 1981) ha roto el molde del cliché del tenista rico y famoso, un tipo de deportista que suele atesorar suficientes inversiones como para retirarse tranquilamente a sus labores una vez fuera del deporte profesional.

López ha logrado premios por valor de 15,5 millones de euros tras una carrera que aún no ha terminado, aunque no ha ganado ninguno de los ocho partidos que ha disputado en 2022 y su participación de Roland Garros es más que dudosa. Sin embargo, no cultiva el habitual silencio diplomático que adorna a los poseedores de grandes fortunas. Ni siquiera su cargo como director del Mutua Madrid Open le disuade de ello. De hecho, el perfil público de Feliciano López tiene más que ver con el del escandaloso Boris Becker que con el de un Ferrero, Corretja o Verdasco. Ha ganado mucho, pero sus escándalos amorosos o virales son tan notorios como sus triunfos.

La carrera de Feliciano López es longeva y exitosa: tiene el récord de Grand Slams disputados de manera consecutiva de la historia (79), ha llegado a ocupar el puesto 12 del ranking mundial de la ATP, aunque su hito en individual haya sido llegar a los cuartos de final de Wimbledon en 2005, 2005 y 2011, algo que no lograba un español desde que lo hiciera Manolo Orantes en 1972. No se puede decir que explotara ni como promesa ni como estrella del tenis, pues no ha logrado títulos de primera división con su juego individual, pero su éxito económico es innegable. Sin embargo, la notoriedad que no ha logrado con su juego le ha llegado de rebote gracias a su turbulenta vida sentimental, conocida en la prensa debido a detalles escabrosos que han podido en algún momento procurarse cierta mala fama. Tanta, que no se puede descartar que su inexplicable actuación en Twitter sea una estrategia para eclipsarla.

Hoy la presencia pública de Feliciano López se sustenta en pilares prácticamente irrompibles. Ha triunfado como director del Mutua Madrid Open, el Masters de Madrid al que acuden el rey Felipe VI, la infanta Elena y sus hijos y las estrellas del fútbol, la televisión, el cine y la vida social madrileñas. De hecho, su papel tiene mucho que ver con la presencia de celebridades en la Caja Mágica, tanto en los palcos como sobre la arena. «Este torneo lleva veinte años, hay diferentes equipos y cada uno tiene una función concreta: comercial, competición, marketing…», ha explicado recientemente. «Mi labor es de otro tipo, con los jugadores: decidir a quién se va a invitar, trabajo con los patrocinadores para que estén contentos. Estoy al tanto de todo, pero no me meto en el trabajo de los equipos porque son los que han hecho crecer el torneo y quienes lo han puesto donde está».

Y, además, presume de una familia prácticamente perfecta en su perfil de Instagram y en portadas de revistas elegidas. En 2019 se casó con la modelo y wedding planner Sandra Gago (26 años), con la que tiene un bebé de un año llamado Darío y Ace, un precioso golden retriever como mascota. Son prácticamente inseparables desde que se conocieron en París, en 2017.

Esta nueva vida de Feliciano López, posiblemente un avance de lo que será su vida de deportista retirado, no logra sin embargo apagar los incendios que ha provocado su vida sentimental, aireada en portadas y platós con todo tipo de detalles. Son fundamentalmente dos las manchas que estropean su intachable imagen de esposo y padre perfecto y tienen que ver con Alba Carrillo, probablemente la persona que más menoscabo público le ha infringido. Carrillo fue la causa por la que López abandonó a su entonces novia, la modelo y ex miss España María José Suárez, embarazada. Fue en 2010 y, desafortunadamente, la modelo perdió a su bebé.

Cuando Carrillo y López se divorciaron, en 2016 y tras un matrimonio y algo más de un año de relación, esta contó que el tenista había hecho una fiesta al saber que no iba a ser padre y que toda la familia dudaba de tal paternidad. De hecho, ahora le desea el divorcio a Sandra Gago. «A ella lo mejor que le puede pasar es separarse. Yo le deseo todo lo mejor y es eso. Siempre lo he dicho, mi teléfono para ella está siempre abierto y sé que con el tiempo coincidiré con ella y nos reiremos. Estoy convencida de que será gran amiga mía con el tiempo».

Las declaraciones de Alba Carrillo al respecto de Feliciano López, en programas de televisión de máxima audiencia, han hecho mella sin duda en la imagen del tenista, pintado como mujeriego y cruel. La ex modelo no pierde ocasión en meterse con su ex marido, que ha pasado de ignorarla completamente a protagonizar una serie de polémicas virales en Twitter provocadas por él mismo que bien podrían ser una cortina de humo para apagar el impacto de una Alba Carrillo desbocada.

El tenista, que acaba de cumplir 40 años, ha criticado duramente a través de su perfil en redes sociales a varios miembros del gobierno, desde el presidente Pedro Sánchez al ministro de Cultura y Deportes Miguel Iceta, la ministra de Igualdad, Irene Montero, o el ministro de Consumo, Alberto Garzón. Se trata de un comportamiento chocante, que no se entiende muy bien por parte de un gestor deportivo que a lo largo de su carrera deberá relacionarse con políticos de todo signo, a no ser que mantenga una agenda oculta (barrer a Alba Carrillo) o pretenda entrar en política en algún momento.

Una de sus últimas polémicas virales no ha sido, sin embargo, provocada por Feliciano López. De hecho, le ha enfrentado al que pasaba por ser uno de sus mejores amigos, Fernando Verdasco, protagonista de otra de las power couples del tenis actual, junto a Ana Boyer. «Nos resulta sorprendente, a la vez que muy frustrante, que el mayor evento de tenis en España muestre un apoyo tan pequeño (o nulo) a los tenistas españoles con las invitaciones otorgadas, especialmente a los cuadros principales», comentó en sus redes el tenista. «No entendemos que a la empresa promotora y a los dueños del torneo les hayan parecido razonables los criterios para dar estas invitaciones. Comprendemos que algunas de ellas las den a su propia discreción, pero no que en todas ellas primen sus intereses comerciales sobre el deporte español y saliéndose totalmente de la trayectoria seguida en años anteriores», se quejó amargamente.

Alba Carrillo aprovechó, claro, la ocasión para poner la puntilla: «Un evento español sin tenistas españoles. Mientras el tenista (todavía activo) que lo 'dirige' tiene más presencia en Twitter hablando de política que en el ranking de la ATP».