La otra millonaria gallega casi desconocida: Isabel Castelo D'Ortega, reina de los seguros, marquesa consorte y ex cantante de ópera

Jorge C. Parcero Publicado · 10 de agosto de 2025, 08:28 h

Pensar en millonarios y en Galicia nos remite indefectiblemente a Amancio Ortega y al resto de las cabezas visibles del imperio Inditex. Pero, emulando en discreción al conocido empresario, emerge la figura de Isabel Castelo D'Ortega. Nacida en A Coruña en 1929, es la presidenta del grupo asegurador Ocaso y poseedora de la fortuna número 28 de España, con un patrimonio que se estima en unos 1.300 millones de euros, lo que la sitúa en el puesto número 28 de los más ricos de España.

Isabel Castelo D'Ortega, propietaria de un 92% de esta compañía de seguros, una de las más grandes de nuestro país, se puso en 1981 al frente de la empresa que fundara su abuelo en Vigo hace más de un siglo. Al igual que ha hecho Amancio Ortega con su hija Marta, ahora es su única hija, Isabel de Mandalúniz, la que debido a la avanzada edad de su madre ha asumido el mando operativo del negocio familiar, que elevó un 24% sus beneficios en el pasado ejercicio.

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Filántropa, orgullosa de su tierra, con un notable pasado artístico y reconocida en 2017 con la medalla de oro de Galicia, la misma distinción que recibió la princesa Leonor hace apenas unas semanas, la marquesa consorte de Taurisano vive apartada del foco mediático y apenas existen imágenes suyas. La empresaria combina su labor al frente de Ocaso con la presidencia de Castman Patrimonios SL, una boyante sociedad inmobiliaria.

Muy aficionada a la música y al arte, antes de volcarse en su lucrativa actividad empresarial, Isabel Castelo D'Ortega fue una destacada cantante de ópera y zarzuela. Participó en conciertos con las sinfónicas de Madrid y Valladolid y con la Orquesta Nacional y grabó varios discos, pero su carrera se vio truncada por la oposición de su marido, el ya fallecido marqués de Taurisano. Al menos, tuvo el consuelo de prestar su voz a los anuncios de la aseguradora que preside.

A este disgusto en lo personal se unía una tragedia en el ámbito familiar cuando su entonces consuegro, Cristóbal Colón de Carvajal y Maroto, vicealmirante de la Armada, era asesinado por la banda terrorista ETA en 1986. El atentado tuvo lugar además no muy lejos del palacete del Marqués de Taurisano, en la madrileña colonia de El Viso, donde residía la empresaria.

Desde entonces, Isabel Castelo D'Ortega lleva una sumamente discreta existencia, a caballo entre la capital y la discreta residencia de verano que posee en el municipio coruñés de Oleiros. Allí es vecina de Sandra Ortega, la primogénita de Amancio Ortega y la única gallega que posee más dinero que ella.

Además de su destacada actividad empresarial, Isabel Castelo ha destacado también por dedicarse a lo largo de los años a numerosas causas benéficas. Así, colabora con la asociación de personas con discapacidad Aspadisol, del ayuntamiento coruñés de Oleiros; contribuyó a sostener el Aquarium Finisterrae de A Coruña, y cuando sucedió el desastre del Prestige recaudó fondos desde la Fundación Arao.

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Su carácter solidario ha sido reconocido por Unicef, la Cruz Roja y la Asociación Española contra el Cáncer. Entre otros reconocimientos, cuenta con la gran cruz de la Orden del Mérito Civil, la medalla de oro al Mérito en el Trabajo y la medalla de oro de Galicia que recibió en 2017 de manos del entonces presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.

El acto de entrega de estas distinciones, que tuvo lugar en Santiago de Compostela, fue una de las pocas veces que la enigmática millonaria se ha dejado ver en público. En su pequeño discurso al recibir la medalla mostró una «alegría y emoción profunda por ser gallega» y por recibir ese honor en su tierra, «el hogar de Breogán».

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