«Había que hacerlo»
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Cuando ha pasado más de una semana ya de la calificada como la boda del año en nuestro país, seguimos conociendo detalles que nos sorprenden sobre el enlace entre Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan. Pese a unos momentos de tensión entre el novio y los periodistas, el 'sí, quiero' celebrado el pasado 4 de octubre en la iglesia del Cristo de los Gitanos de Sevilla y su posterior fiesta en la finca de Las Arroyuelas transcurrieron como la pareja había deseado, rodeados del amor de sus familiares y sus mejores amigos.
Pero antes de que la pareja pusiera el broche de oro a sus diez años de discreta relación sentimental, Bárbara Mirjan realizó una petición a su futuro marido, que el aristócrata aceptó sin ningún inconveniente. Según ha confirmado el diario ABC, Mirjan solicitó al duque de Arjona firmar unas capitulaciones matrimoniales.
«Era algo que había que hacer», aseguran a este medio fuentes del entorno de la pareja. No obstante, para tratar de restar importancia y dramatismo a esta solicitud, los deseos de Bárbara Mirjan se han interpretado más como una muestra de sensatez que como un gesto de desconfianza.
Las mencionadas fuentes aseguran también que Cayetano Martínez de Irujo, más que acostumbrado desde joven a los asuntos legales y económicos de su aristocrática familia, «aceptó sin reparos». No hubo negociaciones tensas ni discusiones entre ambos prometidos.
Las capitulaciones matrimoniales, que data de los primeros tiempos de la monarquía goda, son el contrato por el que se fijan las normas que regulan el régimen económico del matrimonio. Los regímenes más habituales en el derecho común, aplicable a la mayor parte del territorio español, son: el régimen de gananciales (que se aplica por defecto) y el de separación de bienes.
Estas capitulaciones se pueden otorgar antes o después del matrimonio y pueden ser modificadas en cualquier momento, siempre que exista acuerdo entre los cónyuges. Para que sean válidas, deben constar en escritura pública otorgada ante notario. Además, deben anotarse en el Registro Civil, al margen de la inscripción del matrimonio, para que produzcan efectos frente a terceras personas.
Antes de su matrimonio, tanto por parte paterna como materna, Bárbara Mirjan ha disfrutado de una excelente situación económica y al ser hija única se da por hecho que será la heredera universal del considerable patrimonio de sus progenitores. Si su familia materna tiene empresas en el País Vasco dedicadas al secado y a la gestión de maderas, su padre, Javier Mirjan, de origen libanés, ha sido un gran emprendedor.
Por su parte, Cayetano Martínez de Irujo ha emprendido numerosos negocios en los últimos años con desigual fortuna. Ahora se encuentra centrado al cien por cien en su faceta de empresario agrícola, tratando de hacer rentable sus explotaciones de girasol, colza o aceite en su latifundio sevillano de Las Arroyuelas, que heredó de su madre, la fallecida Cayetana Fitz-James Stuart.
En cuanto a los títulos del jinete olímpico, que ostenta los de duque de Arjona, conde de Salvatierra y Grande de España, estos no se pueden compartir ni transferir por matrimonio. Tan solo pueden heredarse o cederse en vida a un descendiente directo, previa aprobación del monarca. En consecuencia, Bárbara Mirjan no podría ostentarlos nunca y serían en un futuro para Luis y Amina, los mellizos que Cayetano tuvo en su primer matrimonio con Genoveva Casanova.
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.