íntimo de la reina sofía

La curiosa conexión de Letizia con Rappel que el vidente ni niega ni desmiente: «A la reina la conozco, pero...»

Nos ha quedado la duda de si la reina Letizia ha acudido a consultar el oráculo en la voz de un conocido pitoniso. Él no lo desmintió en Y ahora Sonsoles. Estas son las veces que Rappel leyó las cartas a miembros de la realeza. También la social.

La reina Letizia, en 2020, con su anillo favorito de Karen Hallam. LIMITED PICTURES
La curiosa conexión de Letizia con Rappel que el vidente ni niega ni desmiente: «A la reina la conozco, pero...»
Ángeles Castillo
Ángeles Castillo

No nos imaginamos a la reina Letizia acudiendo a un vidente para hacer presente su futuro, la verdad. Nos cuesta creer que haga caso de presagios y augurios, por mucho que esto haya sido una cuestión real desde los tiempos de Alejandro Magno y los etruscos, famosos por manejar como nadie el arte de la aruspicina. Letizia no va a recurrir a estos métodos ancestrales, lógico, pero quién sabe si se ha dejado caer por los dominios de un adivino que estudió en el Liceo Francés y obtuvo el título de profesor de la lengua de Balzac en la Sorbona de París. Él mismo lo insinuó ante las cámaras.

Sí, hablamos de Rafael Francisco Payá Pinilla, ese modisto, empresario y profesional de la adivinación más conocido como Rappel, el mismo que hace las delicias de los amantes del porvenir con sus túnicas de catódico mago Merlín por donde quiera que va, que suele ser de sarao en sarao. La cuestión es que tanta vida social y tanta bola de cristal le ha llevado a ser algo así como el custodio de los secretos de la beautiful people, palabra demodé que acabamos de recuperar. Un astrólogo de las estrellas como Carroll Righter. Y ahora juega al «yo sé, pero me lo guardo». Obviamente, se debe al secreto profesional.

La cuestión es que se estaba celebrando el fin de temporada del exitoso programa Y ahora Sonsoles, del que es colaborador, cuando una reportera de Europa Press le planteó una cuestión elemental tratándose de él: «¿Acaso se encuentra la reina entre sus clientas?». Dándose la circunstancia además de que Sonsoles Ónega es amiga de doña Letizia desde sus tiempos premonárquicos. ¿Y qué hizo Rappel, que se las sabe todas? Ni confirmó ni desmintió, así que nos hemos quedado con la miel en los labios.

Lo que dijo Rappel en televisión de la reina Letizia

Rappel, al que precede su sesgo aristocrático, fue más allá en su respuesta a la periodista, sembrando nuevamente la duda. Porque la clave realmente es: ¿conoce el adivino a Letizia? «A la reina la conozco poco, conozco mucho a doña Sofía y conocí muchísimo a la reina madre, a doña María de las Mercedes, muchísimo. Fue una gran amiga mía, una gran clienta mía en mi época de modisto. Pero a doña Letizia la he tratado poco». Otra vez, presumiendo de agenda, pero con vaguedades en cuestiones premonitorias.

Victoria Eugenia y María de las Mercedes, amiga y clienta de Rappel, la realeza femenina. GTRES

La ha tratado poco, pero ¿públicamente o en privado? Sea como fuere, lo suficiente para opinar que «me parece una mujer muy natural, sencilla. Y, bueno, es una mujer de su tiempo». Pero de si había acudido o no a él en busca de saber más allá del hoy y del mañana, nada de nada. «Eso ya no lo puedo decir. Eso es, claro, entre nosotros. Yo ciertas cosas de un personaje muy famoso no lo puedo desvelar. Eso es secreto profesional».

Fin de capítulo en esta, a todas luces, «opera aperta». Que interprete el lector. Ese «la conozco poco» era una forma de curarse en salud y no pillarse los dedos. Sí vislumbró que, en un futuro más o menos cercano, la reina podría presentarse en el programa de Ónega, a quien calificó como «cariñosa, simpática, sencillísima, humana y muy buena compañera». «Yo lo veo posible, a lo mejor un día, ¿no? Podría entrar perfectamente. No digo estar de colaboradora fija, pero un día no pasaría nada».

A quién le ha echado las cartas Rappel

Nosotros, que no vemos el futuro pero sí el pasado, hemos echado la vista atrás para recordar, que también tiene su miga, cómo Rappel accedió pronto a la alta sociedad de la época franquista desde su posición de modisto, que había aprendido tempranamente y de manos de una gitana que con las cartas no solo se juega. Se sabe que le cortó trajes, literal, a la abuela de nuestro rey, María de las Mercedes de Borbón, mientras, tal vez, le anticipaba que su hijo acabaría exiliado en los Emiratos Árabes o que una de sus bisnietas sería influencer en un tiempo por llegar dominado por las máquinas. Es solo un suponer. No lo es, sin embargo, que por su gabinete desfilaron, en los buenos tiempos, Tita Cervera y hasta Francisco Franco -en 1971 y en El Pardo- y señora, doña Carmen Polo. El diseño de moda le había aupado con todos los honores al pódium de las profecías.

Pero la lista continúa, hasta haber echado las cartas, según figura en su expediente, a la duquesa de Alba, lo que se veía venir, a Raffaella Carrà, a Frank Sinatra incluso (en el hotel Ritz de Madrid) y a todas las folclóricas de la época, desde Lola Flores a Carmen Sevilla, pasando por Rocío Jurado. Su vida parecía tan de libro que terminó publicándolo este último febrero con un título que venía al pelo, El futuro ya es ayer (Roca Editorial). Y, precisamente, andaba de promoción cuando se sacó de la chistera una de sus anécdotas con Felipe y Letizia que le había ocurrido en la fiesta del 25º aniversario de La Razón. Lo hizo en un tú a tú con la web de Informativos Telecinco.

Rappel y la baronesa Thyssen viviendo el presente mano a mano. GTRES

«A mí me invitaron como a mucha gente más. Entre otros, Pedro Sánchez y los reyes Felipe VI y Letizia», revelaba el futurólogo. ¿Qué pasó? Pues que se saludaron como mandan los cánones con el habitual desparpajo de la reina, que le soltó, siempre según él: «Hombre, Rappel, qué alegría». Emocionado Rappel, se inclinó para besarle la mano, nobleza obliga, cuando «de repente se le cayó el bolso que llevaba colgado del hombro, se abrió y se le salió todo: el móvil, la cartera, todo». El otrora diseñador se agachó a recoger las posesiones reales, en un gesto de cortesía y educación, sin darse cuenta de que «el rey Felipe estaba haciendo lo mismo». Total, que «nos agachamos los dos a la vez y nos dimos un coscorrón. Qué vergüenza pasé», contó. Después, «nos reímos». Y el monarca sentenció: «Es la primera vez que me saludo a coscorrones con alguien».

La relación del vidente con las infantas Pilar y Margarita

También desconocemos, por cierto, si ha requerido de sus favores el rey, porque sí lo hicieron, según él mismo reveló a Telecinco, sus tías, las infantas Pilar y Margarita, hermanas del emérito, además de la abuela de Letizia, la carismática locutora Menchu Álvarez del Valle. Con Margarita, concretamente, afirmó haber vivido «momentos inolvidables». Y tiró de anecdotario: «Me acuerdo que una vez en el rastrillo de Nuevo Futuro me dijo que si podía acompañarle a una mesa de la Cruz Roja porque la había tocado presidirla. Y fui con ella. (...) Salimos de la mesa, los dos agarrados del brazo, y ella sujetando con el otro el bote para recaudar fondos. Es entonces cuando me dice: Si se me acerca un hombre guapo, avísame. Claro, ella era muy coqueta y muy presumida. Y yo le decía cosas como: Hombre guapo a la vista o Qué señor tan guapo te está dando donativos. Nos reímos muchísimo. Era muy divertida». No hay nada, desde luego, como el presente. Carpe diem.

Hay que reconocer que Rappel, que tiene tres hijos y encontró el amor hace siglos en la persona de José María Morón, tiene un perfil particular. Porque gozó de la protección de Cristóbal Balenciaga, que fue una especie de mecenas para su familia, dedicada al negocio de las telas, lo que supuso un trampolín para el vidente aún en ciernes. Sobre todo, desde que empezó a ir a aquel local en Madrid la marquesa de Ampudia, Niní Montián, actriz, espía y reina de las «amistades estupendas».

Después vinieron -es vox populi- las confesiones entre lágrimas con Franco, «un abuelito amable», como le definió en la mencionada entrevista, sobre el futuro de sus nietos. Y, viajando a la actualidad, el compadreo con el presidente en la misma fiesta de aniversario reseñada. «Eso de darte la mano y que no me la leas es como un pecado», bromeó Pedro Sánchez, según rememoró el propio Rappel. Y entonces se consumó la lectura con la consiguiente estupefacción del socialista: «Chico, ni que vivieras en mi casa». ¿Le habrá dicho algo similar doña Letizia: «Chico, ni que vivieras en palacio»?

HORÓSCOPO

HORÓSCOPO

Sagitario

Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.