JOYAS DE PASAR
JOYAS DE PASAR
María de las Mercedes de Borbón y Orleans, condesa de Barcelona, recibió de su suegro, el rey Alfonso XIII, las llamadas «joyas de pasar», como futura reina de España, pero el rey fue también generoso con sus otras nueras que recibieron importantes joyas. Una de las piezas más espectaculares del joyero real era un collar de zafiros y diamantes, que perteneció a la reina María Cristina, madre del rey, y que hoy ya no está en la familia.
El collar de zafiros lo recibió la reina de su familia Habsburgo cuando viajó a España para contraer matrimonio con el rey Alfonso XII, el 29 de noviembre de 1879. Lo utilizó a menudo y existen numerosos retratos fotográficos en los que lo luce. Con los años, fue una de las piezas que heredó su hijo, el rey Alfonso XIII que, posteriormente, se lo entregó a la aristócrata franco-italiana Emanuela de Dampierre y Rúspoli, primera esposa de su segundo hijo, el infante don Jaime, duque de Segovia, que era sordo.
Con apenas 22 años, Emanuela, hija del segundo duque de San Lorenzo Nuevo, vizconde de Dampierre, y de la princesa Vittoria Ruspoli, contrajo matrimonio con Jaime de Borbón y Battenberg, en Roma, en 1935. La ceremonia se celebró en la iglesia de San Ignacio de Loyola, en el Campo de Marte. Posteriormente, tuvieron una audiencia con el papa Pío XI, en el Vaticano. El santo Padre les obsequió con un rosario y un libro de oraciones. Después acudieron a un desayuno nupcial en un lujoso palacio de Roma.
La novia lució un vestido de lamé blanco y plateado, con larga cola, diseño de los «couturiers» italianos Sorelle Botti, y llevó un velo de tul sujeto por una tiara regalo de Alfonso XIII. La joven aristócrata recibió varias joyas de la deslumbrante colección de la familia real española, procedentes del joyero de la reina María Cristina de Habsburgo, entre ellas el collar de zafiros azules y la diadema floral de diamantes que llevó en la boda. La novia recibió, además, un broche de lazo de diamantes, una tiara de diamantes y varias joyas con zafiros, entre ellas una tiara que le regaló el emperador Francisco José.
Entre estas joyas de zafiros figura un impresionante collar compuesto por diez láminas con zafiros de talla ovalada y rodeadas de diamantes de talla rosa y talla antigua, según explica la web de joyas reales The Royal Watcher. Las láminas estaban unidas por eslabones de diamantes. Fue una creación del joyero austriaco Biedermann en los años cincuenta del siglo XIX.
La pieza sorprende por el intenso color azul de sus piedras y por el diseño sorprendentemente moderno para la época. Las placas se pueden poner y quitar, ajustando la longitud del collar, que también se puede convertir en dos pulseras. Fue una pieza que la reina lució durante toda su vida. Cuando murió, en 1929, lo heredó su único hijo, Alfonso XIII.
Emanuela Dampierre recibió el collar de zafiros como regalo de bodas, además de un collar «rivière» de diamantes, otro de perlas blancas, un broche de cristal de roca, varios zafiros y diamantes, un collar de perlas negras y una tiara floral de diamantes. La nueva duquesa de Segovia fue fotografiada, poco antes de casarse, con algunas de estas magníficas piezas, entre ellas la tiara floral y el collar de zafiros, legado ambos de la reina María Cristina.
Sin embargo, con el tiempo, los vendió. El collar de zafiros fue subastado varias veces, la última en 2014, en París. No se sabe su paradero en la actualidad. Su tiara nupcial, con forma de flores y hojas engastadas con diamantes, también fue vendida. Emanuela posó con esta tiara en un bello retrato, poco después de casarse. Tampoco se sabe dónde está hoy esta joya,
Jaime y Emanuela tuvieron dos hijos –Alfonso, duque de Cádiz y primer marido de Carmen Martinez-Bordiu y Gonzalo, duque de Aquitania–. Se divorciaron en 1947. El infante Don Jaime, que nació sordo, había renunciado a sus derechos al trono español en 1933, aunque posteriormente se convirtió en el pretendiente legitimista al trono francés. Su nieto Alfonso de Borbón es el actual pretendiente.