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¿Qué tipo de personalidad tienes? El Eneagrama te responde

Descubre esta herramienta de autoconocimiento y desarrollo personal basada en nueve tipos de personalidad. ¿Con cuál de ellas de identificas?

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ÁNGELA F. DEL RÍO
ÁNGELA F. DEL RÍO

Probablemente la primera pregunta que te asalta es: ¿qué es el Eneagrama? Atendiendo a su etimología, Eneagrama en griego significa literalmente nueve líneas; y en geometría se representaría como un polígono estrellado de nueve lados. No, no te creas que vamos a adentrarnos en una clase de latín y griego ni de matemática avanzada, sino que esta aclaración será de lo más ilustrativa para haceros una idea de lo que viene ahora.

Dentro del mundo de la psicología, el Eneagrama se corresponde con una propuesta de clasificación de la personalidad. Precisamente, una potente herramienta de autoconocimiento y desarrollo personal elaborada por parte de diferentes autores occidentales. El Eneagrama describe así nueve tipos de personalidad, o lo que es lo mismo, nueve formas de formas de sentir, de pensar, de comportarse y, en definitiva, de vivir. El resultado es un mapa interno que aborda el comportamiento humano y sus interrelaciones, representados precisamente a través de esa estrella de nueve puntas.

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“Lo que hace diferente al Eneagrama de otras herramientas es que describe de una forma muy clara cuáles son esos hábitos y conductas repetitivas que nos tienen atrapados y nos impiden ser mejores personas…”, afirma la coach Andrea Vargas, autora del libro El Eneagrama. ¿Quién Soy?. Y es que, a través el Eneagrama nos observamos de forma más precisa, nos hacemos conscientes de quiénes somos realmente y dejamos de entrar en patrones automáticos y rutinarios.

¿Cómo sé qué número me corresponde?

“Una vez que existe la intención, lo primero que hay que hacer es auto-observarnos y preguntarnos: ¿cuál es el tema que rige en mi vida?” responde la especialista. “Piensa, ¿en dónde está mi mente la mayor parte del día? ¿En ser el mejor y querer siempre que me admiren? ¿Huyo y evito problemas? (…) Con el simple hecho de darnos cuenta empezamos a descubrir características muy especificas que describen ciertos patrones de nuestra forma de ser y es ahí cuando podemos ubicarnos fácilmente en el Eneagrama”. Llegados a este punto, el siguiente paso sería asistir a algún curso o taller impartido por profesionales, o leer un libro al respecto.

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Así son los 9 eneatipos

El Eneagrama nos presenta nueve eneatipos (o tipos de personalidad) en cada uno de sus vértices. Lo cierto es que todos podemos tener un poquito de uno y de otro, pero siempre hay un número con el que a priori logramos identificarnos más.

1. El Perfeccionista

El eneatipo 1 se correspondería con esas personas que buscan la perfección en todo aquello que emprenden. Son meticulosos, detallistas, ordenados, estructurados y muy exigentes, tanto consigo mismo como con los demás. Serios y trabajadores, llegan a anteponer sus responsabilidades laborales al placer. En su estado más sano y maduro, son tolerantes y muy éticos. Si llevan al extremo su afán por alcanzar la perfección, pueden convertirse en individuos iracundos, duros y frustrados.

2. El Servicial

Al eneatipo 2 le seduce sentir que el otro le necesita. Por eso, pone su foco de atención en los demás agradando, ayudando y convirtiéndose en el centro de su círculo social. Es generoso, cálido, cercano y expresivo. Adora dar consejos, halagar y necesita ser visto, por lo que tiene poca tolerancia al rechazo.

Suelen anteponer las necesidades de los demás a las suyas propias, pero no sin esperar reconocimiento a cabio. De hecho, llevado al extremo pueden convertirse en individuos orgullosos, celosos, manipuladores, dependientes e invasivos. En su estado más sano y maduro, son realmente altruistas y desapegados.

3. El Ejecutor

Si eres una persona que procura una imagen impecable vinculada al éxito, el estatus y que necesita ser admirado por los demás, entonces tienes mucho del eneatipo 3. Hablamos de personas muy laboriosas que realizan todo aquello que se proponen, por lo que son tremendamente efectivas, prácticas, seguras de sí mismas e incluso individualistas. El hecho de querer impresionar a los demás le lleva a convertirse en alguien vanidoso que roza lo teatral, buscando la aprobación de la gente a través de la imagen que le interesa proyectar de sí mismo. En su estado más sano son sinceros y productivos. De forma extrema, puede convertirse en alguien mentiroso, prepotente, frío y egoísta.

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4. El Artista

¿Conoces a alguna persona con una gran sensibilidad para el arte, especial y original en grado sumo? Pues quizás estés ante un eneatipo 4. Con intereses artísticos profundos, se sienten atraídos por aquello que es bello y auténtico. Se consideran a sí mismos tan diferentes que no suelen valorar lo que tienen, se sienten incomprendidos e incompletos. Son personas románticas, intuitivas, apasionadas y con una sensibilidad superior a la de los demás. Por eso también sufren de un estado de ánimo cambiante que fácilmente pasa de la alegría a la melancolía, pudiendo incluso quedar anclados al pasado. Llevado al extremo se convierte en una persona victimista, tremendista, excéntrica, temperamental y ensimismada. Por otra parte, en su estado más maduro son súper creativas y empáticas.

5. El Observador

Si el eneatipo 4 se centra en el arte, el 5 lo hace en la ciencia, la clave precisamente para entender cómo funciona el universo que le rodea. Su meta es el conocimiento, por lo que si algo le interesa sobremanera, se convertirá en todo un experto. Es un observador nato, callado, retraído, analítico, objetivo, claro y autosuficiente. Esto a veces se traduce en dificultades para relacionarse, comprometerse o expresar sus sentimientos hacia los demás. Si su independencia llega al extremo puede aislarse por completo, convirtiéndose en alguien ausente, insensible y cínico. Cuando llegan a su estado más sano pueden ser generosos e independientes.

6. El Leal

Su obsesión es el miedo, por eso mismo buscan siempre sentir paz, seguridad y confianza. El eneatipo 6 es una persona muy leal, responsable y comprometida con los suyos, que tiende a ser precavida, resolutiva y cautelosa. Busca la autoridad, pero al mismo tiempo necesita ayuda en la toma de decisiones, un apoyo que calme sus nervios, su angustia y su ansiedad. Llevado al extremo llegaría a convertirse en alguien medroso, inseguro y catastrofista. En su estado consciente son valientes, leales y unos compañeros infatigables.

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7. El Soñador

El eneatipo de los epicúreos, personas llenas de alegría, divertidas, optimistas, simpáticas y ocurrentes que disfrutan de los placeres de la vida. Son entusiastas por naturaleza, se apuntan a todo plan que conlleve una aventura e implique experimentar. No son los idóneos para hacerse cargo de compromisos a largo plazo, evitan las situaciones dolorosas, el sufrimiento y todo aquello que les resulte pesado o anodino.

Su afán por buscar la positividad y el placer llevado al extremo, puede convertirlos en individuos superficiales, con dificultades para comprometerse, impacientes y distraídos. En su estado más sano son verdaderos animadores, la viva imagen del carpe diem.

8. El Protector

Ante vosotros está el justiciero, esa persona protectora, segura de sí misma, directa y asertiva, ¡una líder nata! Se rige por el sentido de la justicia, protegiendo a los suyos cueste lo que cueste, usando la fuerza si es necesario. Ostentan una personalidad fuerte cargada de confianza y, de hecho, ni siquiera se permiten a sí mismos ser vulnerables.

Por otra parte, se enfadan con facilidad, son dominantes y viscerales, hasta tal punto que pueden llegar a intimidar a los demás con su comportamiento. En su estado maduro prestan ayuda de forma magnánima y son protectores. Si lleva su carácter al extremo se convierte en alguien autoritario, violento y controlador.

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9. El Mediador

Este eneatipo se corresponde con las personas pacificadoras y mediadoras. Su carácter es apacible, sencillo y sereno. Procura la armonía y por eso mismo no suele enfadarse con facilidad, sino que relativiza cada problema hasta minimizarlo. Eso sí, si llega a enojarse el resultado será una explosión en toda regla. El eneatipo 9 se encuentra cómodo en la rutina diaria, se preocupa por los demás en exceso hasta olvidarse de sí mismo y a veces puede llegar a perderse en trivialidades por culpa de su calma.

En su estado más sano es un auténtico pacificador, un gran mediador capaz de apagar conflictos y extremismos. Eso sí, si cae en el extremo en su búsqueda de la paz y la armonía, puede resultar perezoso, temeroso, apático e incluso necio.

¿Ya intuyes a qué eneatipo perteneces?

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