No habrá grandes celebraciones, pero el 37 cumpleaños de Meghan Markle será especial para ella, porque será el primero como miembro de la familia real británica. Pero, pese a la felicidad que parece viviendo tras tres meses de matrimonio, podría estar viéndose empañada por el entorno familiar, que no deja de dar titulares a uno y otro lado del charco.
Por un lado, están su hermanastro y su cuñada, Thomas Markle Jr. y Darlene Blount, que hace tan solo unos días volvieron a recibir la visita de la policía en su casa tras una pelea. De hecho, su cuñada acabó detenida en comisaría por una supuesta agresión hacia el hermanastro de Markle. Lejos de ser un hecho aislado, era la segunda vez que vivían un episodio similar aunque en aquella ocasión invirtieron los papeles: quien llamó a la policía fue ella, y quien acabó en comisaría fue el hermanastro de Markle.
El otro frente abierto que preocupaba estos días al entorno de la duquesa de Sussex era otra de sus hermanastras, Samantha Grant, que había dejado la puerta abierta a participar en la edición británica de 'Gran Hermano Vip', sin embargo, finalmente no formará parte de los concursantes de esta edición y puede que de ninguna, porque según la prensa británica, los dos principales grupos televisivos del país, BBC e ITV, han acordado no contratar a ningún familiar de Markle, si bien podrán seguir haciendo declaraciones en alguno de los espacios de las cadenas, pero nunca cobrar por ello.
Cerrado ese frente, a Meghan le queda aún el más doloroso: su padre. Thomas Markle se está convirtiendo en un quebradero de cabeza para la nueva duquesa de Sussex con sus constantes comentarios. De hecho en las últimas semanas ha salido a asegurar, entre otras cosas, que su hija “está aterrada” con su nueva vida y que no sería nadie sin él.
Tal ha sido el torrente de declaraciones que la duquesa habría tomado la determinación de cortar toda comunicación con él. Una decisión dolorosa que deja a la duquesa como apareció el día de su boda: con la única compañía confiable de su madre, Doria Ragland, la única del entorno de Markle que hasta el momento ha sabido mantenerse en un discreto segundo plano y probablemente la única que vea cómo la mujer del príncipe Harry sopla las velas de su 37 cumpleaños.
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