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La relación entre Kiko Matamoros y Makoke está en el subsuelo. Un año después de su separación, el colaborador y la modelo no paran de tirarse dardos a la cabeza con el fin de hacerse todo el daño posible. El último en mover ficha ha sido él, asegurando que puede arruinar económicamente a su exmujer en cualquier momento.
¿El motivo? Las dos casas que tienen en común en la capital, una en Majadahonda y otra en La Finca, por la que están endeudados. "La primera está a nombre de una sociedad patrimonial en la que Makoke tiene el 99% de las participaciones. La segunda está a nombre de Makoke", aseguraba Kiko para la revista 'Diez minutos'. Así, su plan es presentarse en la Agencia Tributaria y afirmar que los bienes son suyos "encubiertos", a la vez que señala que no quiere dejarle dinero al hijo de su expareja, Javier Tudela. "No voy a ser tan imbécil de comerme una deuda de la que se han beneficiado todos. Porque el dinero que reclama Hacienda se lo han gastado en viajes, en ropa, fiestas…", asegura.
Aun así, no están solos, pues Anita Matamoros, la hija que tienen en común, es la más perjudicada en esta historia al tener a sus padres totalmente enfrentados. Tras un tiempo alejados, padre e hija han vuelto a retomar su relación, un hecho que podría cambiar con la última decisión del colaborador.
Lejos (o cerca) de cualquier drama, Matamoros sacó a los focos una nueva pareja:Cristina Pujol, una mujer de casi 40 años que durante unas semanas le hizo creer en el amor, y con quien se había atrevido a comprometerse repentinamente. Pero la historia no llegó a buen puerto y rompieron con todo tipo de relación por una modelo con la que Kiko parecía frecuentar.
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