UN ENLACE MUY ESPECIAL
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La modelo y empresaria Nieves Álvarez está lista para cambiar de nuevo de estado civil a sus 51 años. Tras cuatro años de discreto noviazgo con el libanés Bill Saad, ambos han anunciado que el año que viene se darán el 'sí, quiero' tras una inesperada y original pedida de mano por parte del empresario, que tenía lugar durante una visita al país del Medio Oriente.
Mientras visitaban un templo «él se puso de rodillas y me dijo: 'Do you want to be my wife?' (¿quieres ser mi mujer?), sin que yo esperara nada», relataba Nieves Álvarez a la revista ¡Hola!. Describiendo el romántico momento como «totalmente espontáneo» y su reacción como de «una emoción máxima», ella respondió afirmativamente y a falta de anillo de compromiso, «al salir, cogimos dos hierbecitas y nos hicimos un anillo cada uno«.
Esta será la segunda boda para ambos. Mientras Bill Saad tiene dos hijos de un matrimonio anterior, Nieves Álvarez aporta a esta nueva familia conjunta los tres retoños fruto de su relación con el fotógrafo italiano Marco Severini, del que se divorció en 2015. La pareja se conoció en 1994 cuando les presentó un amigo común durante una fiesta y en abril de 2002 decidían dar el gran paso y casarse a miles de kilómetros de nuestro país y con una ceremonia muy especial, rodeados de sus mejores amigos.
«Al más puro estilo Alejandro Sanz o años antes la ex Miss Universo Amparo Muñoz, nuestra modelo más internacional, la madrileña Nieves Álvarez, por fin ha conseguido compaginar su agenda con la de su novio, el fotógrafo italiano Marco, y han acordado celebrar su exótica boda en Bali». Así anunciaba el diario ABC el inminente enlace entre ambos, que finalmente tenía lugar el 30 de abril de 2002 en la paradisiaca isla de Indonesia.
Aunque se especulaba que fuera Valentino el diseñador de su vestido de novia, ya que para entonces había realizado el del 'sí, quiero' de otra top como Claudia Schiffer, finalmente la española optaba por un dos piezas en muselina de seda firmado por Emanuel Ungaro y confeccionado por Giambattista Valli. Un diseño que no se desveló hasta después del enlace, ya que este estuvo blindado al haber vendido la pareja la exclusiva a la revista ¡Hola!.
En vez de optar por el tradicional rito balinés, Nieves y Marco prefirieron que la ceremonia fuera oficiada por un cura católico español, que bendijo a los novios y a todos los invitados. Entre ellos pudimos ver a nombres muy conocidos del mundo de la moda como Verónica Blume, Laura Ponte, Esther Cañadas o Martina Klein. No faltaron tampoco Naty Abascal y sus hijos, Rafael y Luis Medina. «Es, sencillamente, el paso más importante de mi vida, el paso con el que siempre había soñado», confesaba la emocionada novia sobre aquel día tan especial.
La larga historia de amor entre Nieves Álvarez y Marco Severini llegaba a su fin en 2015. Entonces, tras días de rumores y de que ambos acudieran juntos, pero con cara de circunstancias, a la boda de María, la hija del diseñador Roberto Torretta, la pareja emitía un comunicado conjunto en el que anunciaban su divorcio.
En un escrito que remitían sus abogados a la Agencia Efe, la modelo y el fotógrafo confirmaban que habían decidido «poner fin» a su relación «tras más de 20 años juntos, 12 de matrimonio y tres hijos en común». Según la nota, se trataba de una decisión «muy meditada por los dos y tomada de mutuo acuerdo».
«Entre ambos queda una relación de máximo respeto y amor, así como tres hijos maravillosos por los que siempre ambos velarán por el bien de los mismos, y por mantener su relación de cordialidad y cariño después de tantos años», señalaban entonces, antes de añadir que con este comunicado pretendían »evitar todo tipo de especulaciones«, mientras rogaban que se respetase »su decisión personal y privada por el bien de los dos y de los niños«.
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.