Una celebración muy discreta
Una celebración muy discreta
A pocas horas de que Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan pasaran por el altar en la Iglesia de los Gitanos de Sevilla para darse el 'sí, quiero', en el Palacio de Liria tenía lugar otro importante evento religioso y familiar para la Casa de Alba que pasaba mucho más desapercibido. Los duques de Huéscar y los condes de Osorno decidían bautizar prácticamente en secreto a los dos miembros más jóvenes de la aristocrática familia.
Según desvelaba la revista ¡Hola! tan solo una pequeña representación familiar estuvo presente en la residencia de los Alba en la capital para el bautizo de Fadrique Fitz-James Stuart Corsini y Fernando Fitz-James Stuart Palazuelo. El discreto evento tenía lugar en la capilla privada del palacio y la ceremonia la ofició Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp. Muy cercano a la familia, el sacerdote fue el que ofició también al día siguiente el enlace del duque de Arjona.
Fadrique llegaba al mundo hace tres meses para ampliar la familia de Belén Corsini y Carlos Fitz-James Stuart, que ya eran padres de Carlos, que tiene un año. Su primo Fernando nació el pasado mes de septiembre y es el tercer hijo de Sofía Palazuelo y Fernando Fitz-James Stuart. El benjamín de los Alba tiene dos hermanitas mayores: Rosario, de cuatro años, y Sofía, de dos.
El mismo Palacio que hace siete años sirviera de escenario a la boda de Sofía Palazuelo y Fernando Fitz-James Stuart volvía a acoger un acontecimiento familiar, pero en este caso con una presencia de invitados prácticamente simbólica. A la ceremonia acudieron Matilde Solís, madre de Carlos y Fernando, Borja Moreno, hermano de ambos aristócratas, y Fernando Martínez de Irujo, tío abuelo de los pequeños. Por parte de Sofía Palazuelo, estuvieron presentes su madre y su hermano Beltrán.
Ambas familias han elegido dos nombres muy simbólicos para bautizar a sus hijos. Fernando se llama igual que su padre, el duque de Huéscar, y lleva también el nombre de un ilustre antepasado suyo, el gran duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel. Este noble, militar y diplomático español del siglo XVI llegó a ser virrey de Nápoles y Portugal y fue mano derecha de los reyes Carlos V y Felipe II.
Por su parte, el hijo del duque de Alba y su esposa han vuelto a elegir para su retoño un nombre muy ligado a la historia de su familia. Si a su primogénito le pusieron Carlos, como su padre y su abuelo, el nombre de su benjamín nos hace remontarnos hasta la España de los Reyes Católicos. El anterior poseedor del ducado en llamarse así fue Fadrique Álvarez de Toledo y Enríquez, que vivió entre 1460 y 1531.
Fieles a su discreción habitual, ni los Huéscar ni los Osorno han hecho declaraciones que justifiquen su decisión de apostar por una ceremonia sumamente discreta. De hecho, en mayo del año pasado la Casa de Alba no tuvo problema en que trascendieran imágenes del bautizo de Carlos, el primogénito de los condes de Osorno, cuyo bautizo tuvo lugar en la parroquia de San Marcos, en Madrid.
Una razón lógica para este cambio de actitud sería pensar que no querían restar protagonismo a su tío Cayetano Martínez de Irujo cuando faltaban tan solo 24 horas para su gran día junto a Bárbara Mirjan. El hecho de que gran parte de la familia estuviera ya en Sevilla para entonces explicaría la decisión que realizar la ceremonia de forma más íntima y discreta de lo habitual.
En cuanto a celebrar el bautizo el viernes en lugar de un fin de semana, que suele ser más tradicional, la razón podría ser el compromiso de los condes de Osorno este sábado, que les impidió estar en la boda del jinete con Bárbara Mirjan. Ese día, Carlos Fitz-James Stuart fue testigo de boda de uno de sus amigos de toda la vida en la localidad cántabra de Comillas.