Objetivo: reconciliación
Objetivo: reconciliación
«No puedo imaginar un mundo en el que traiga a mi esposa e hijos de vuelta al Reino Unido en este momento». Esas palabras pronunciadas por el príncipe Harry en la BBC el pasado mes de mayo auguraban un oscuro futuro para un acercamiento con los Windsor que siempre ha estado sobre la mesa. Pero ahora las cosas parecen haber dado un giro de 180 grados. Según aseguran sus amigos, el duque de Sussex está decidido a pulsar el botón de reinicio para intentar cambiar esa narrativa negativa durante la visita de cuatro días que está realizando en Londres, que supone su viaje más largo a su tierra natal desde la muerte de la reina Isabel hace tres años.
De momento lo ha hecho solo, sin Meghan Markle ni sus dos hijos, tras perder su batalla judicial con el Ministerio del Interior británico por quien debería pagar por su seguridad personal cuando estuviera en suelo inglés. Harry no confía de momento en que sea seguro para los suyos regresar al Reino Unido, algo que la duquesa de Sussex no ha hecho desde septiembre de 2022. Pero las personas de su entorno más cercano están convencidos de que él no ha renunciado a traerlos de regreso.
Según fuentes que cita The Times, el príncipe y su equipo reconocen que activar el botón nuclear de una batalla pública con el Gobierno no fue la idea más acertada. Además de que el caso le ha costado Harry un millón y medio de euros. Pero más allá de sus asuntos judiciales, en lo personal, un amigo asegura que «no ha perdido la esperanza de traer a su familia de vuelta al Reino Unido. Quiere poder mostrar a sus hijos el lugar donde creció. Quiere que conozcan a su familia aquí. Le gustaría mucho volver». Mientras tanto, el Daily Mail sube el tono y asegura que Harry «está desesperado por volver a Gran Bretaña y recuperar su papel real».
Los amigos del príncipe estaban convencidos antes de su aterrizaje en Londres de que esta semana «se iba a divertir». Y tenían razón. En sus primeras horas en Londres hemos vuelto a ver al Harry más espontáneo y juguetón con motivo de la entrega de los Premios WellChild 2025, disfrutando con lo que mejor sabe hacer: apoyar y defender a los niños, los jóvenes y los militares, y arremangarse para dedicarse al cien por cien a sus organizaciones benéficas y patrocinios.
En su agenda está asistir entre el miércoles y el jueves a varias recepciones privadas y reuniones con sus organizaciones benéficas. En el aire está todavía un posible encuentro con su padre. El rey Carlos y el príncipe Harry no se han visto cara a cara desde febrero del año pasado, cuando el príncipe voló a Londres para mantener una reunión de media hora con el monarca después de que este anunciara su diagnóstico de cáncer.
Se sabe que el rey, que se encuentra en Balmoral y sigue recibiendo tratamiento médico, echa de menos a su hijo. Pero el titular de un periódico de la semana pasada que anunciaba «Harry se reunirá con Carlos» es, de momento, una ilusión. Y si se produjera finalmente una reunión, es poco probable que haya ningún análisis público posterior por ninguna de las dos partes.
Harry dejó claros sus sentimientos en la mencionada entrevista con la BBC tras perder su larga batalla con el Ministerio del Interior por su nivel de seguridad en el Reino Unido: «No sé cuánto tiempo le queda a mi padre. No me habla por este asunto de la seguridad... por supuesto, algunos miembros de mi familia nunca me perdonarán por escribir un libro. De hecho, nunca me perdonarán muchas cosas. Pero me encantaría reconciliarme con mi familia«. Una cosa es segura: no habrá ningún encuentro entre Harry y el príncipe de Gales. Las heridas entre ambos hermanos no van a cerrarse tan fácilmente.
Los amigos de Harry dicen que la pelota está ahora en el tejado de la familia real. «Ha dejado muy claro que quiere reconciliarse con su familia. Ahora les toca a ellos«, afirma uno de ellos a The Times. Pero los expertos lo ven de otra manera y opinan que lo mejor para los Sussex sería que dejara de hacer estas declaraciones públicas. Su imprudente elección de palabras sobre la salud de Carlos III y su repetida sugerencia de que el monarca debería haber intervenido en su cruzada por la seguridad no han ayudado a su causa.
Las personas cercanas a Harry también reconocen que las varias batallas legales de larga duración han consumido una gran cantidad de tiempo, energía y dinero. Y el duque de Sussex necesita seguir ganando dinero. Los acuerdos multimillonarios por su libro y con las plataformas Netflix y Spotify ya son cosa del pasado, pero aún tiene que pagar cuantiosas facturas de seguridad y una hipoteca de cerca de 7 millones de euros por su mansión en Montecito.
Como Harry no recibe financiación de la subvención soberana de la familia real británica, los viajes al extranjero, como esta visita al Reino Unido, le cuestan sumas de seis cifras. Él paga personalmente los gastos de viaje y alojamiento de su equipo, tras rechazar las ofertas de su padre de alojarse en el Palacio de Buckingham. Mientras las facturas se acumulan, Meghan Markle está ocupada construyendo su marca de estilo de vida y su próximo proyecto para Netflix. Lo que parece claro es que un regreso a las filas royal sería una solución definitiva a largo plazo para cualquier problema económico.