VISITAMOS SU NUEVA SEDE EN PARÍS
VISITAMOS SU NUEVA SEDE EN PARÍS
Fue en 1984 cuando la Fundación Cartier por el Arte Contemporáneo se puso en marcha. La Exposición General con la que se inaugura la nueva sede recoge algunas de las piezas que han formado parte de la programación de esta entidad durante los últimos 40 años.
La exposición, que podrá visitarse hasta el 23 de agosto de 2026, aglutina unas 600 obras de más de un centenar de artistas. Entre ellas, la titulada Project pour le Kinshasa du troisième millénaire (abajo), con la que Bodys Isek Kingelez imaginaba en 1997 cómo podría llegar a ser la capital de la República Democrática del Congo. Este modelo a gran escala está elaborado con materiales reciclados de diversa procedencia y representa una ciudad utópica.
Para diseñar la primera exposición de esta nueva etapa, la Fundación ha contado con Andrea Trimarchi y Simone Farresin, del estudio FormaFantasma. «Ya habíamos trabajado antes en grandes espacios, pero esto ha sido muy diferente. El objetivo no era tanto crear coherencia como conexión. Ha sido muy divertido ver cada posibilidad que nos daba el edificio», señalan.
El edificio que desde el mes de octubre acoge la Fundación Cartier tuvo otros usos en el pasado. Entre 1887 y 1974 albergó las tiendas de las Galerías del Louvre. En 1978 se transformó en el denominado Louvre de los Anticuarios, que cerró sus puertas en 2019. Hoy se convierte en un espacio idóneo para contemplar arte contemporáneo.
«Se trataba de abrir el edificio a la ciudad», explica Béatrice Grenier, directora de Proyectos Estratégicos y Programas Internacionales de la Fundación Cartier. Se refiere a la nueva sede de la institución, que se ubica en una construcción parisina de 1855 cuya remodelación lleva la firma de Jean Nouvel.
A la hora de acometer el trabajo, el famoso arquitecto francés concibió unas cristaleras que permiten a los viandantes observar las obras de arte contemporáneo expuestas en el interior, y viceversa: quienes se encuentran dentro del edificio pueden seguir el ritmo de ese cogollo urbano –la fundación está en la Place du Palais-Royal, al lado del Louvre– tan lleno de vida.
Pero la nueva sede de esta institución destaca por otros aspectos. Por ejemplo, por sus 6.500 metros cuadrados (de un total de 8.500) dedicados a exposición, en los cuales se han dispuesto cinco plataformas móviles que, a través de un sistema de poleas y cables, pueden colocarse a diferentes alturas. De este modo, podría decirse que el aspecto de la Fundación Cartier nunca será exactamente igual.