Por qué se dice que Laurence Debray, la francesa que ha escrito las memorias de rey Juan Carlos, es la quinta infanta (y quiénes son las otras cuatro)

De todas las sorpresas y revelaciones que ha traído consigo la publicación de las memorias del rey Juan Carlos, lo que quedará probablemente será la inesperada irrupción en la familia Borbón de Laurence Debray. Quién iba a imaginar que una periodista francesa, hija del filósofo revolucionario y comunista Régis Debray, se convertiría en la principal defensora de un monarca español. Paradojas.

La figura de Laurence Debray ha sido controvertida desde el mismo momento en que se vinculó a la familia del Rey, no solo como confesora del rey Juan Carlos, sino como amiga íntima de la infanta Elena, a la que ha acompañado en varias visitas a Sanxenxo, que sepamos. De hecho, antes de publicar las memorias del emérito se convirtió en la portavoz oficiosa de los Borbón en la revista Hola, con algún perfil que venía aliñado con cierta dosis de polémica.

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La repentina proximidad de Debray al rey Juan Carlos ha ido tramándose en los últimos años lenta pero segura. Tan segura, que la periodista francesa logró desplazar al periodista Carlos Herrera como autor de las memorias del emérito. Parece que Herrera tenía ya su volumen terminado cuando el padre del rey Felipe VI decidió dar el visto bueno al proyecto de Laurence. Parece que ella trabajó prácticamente al dictado.

Recordemos cómo se conocieron Laurence Debray y el rey Juan Carlos. En su libro Hija de revolucionarios (2017), la periodista confesó que, de adolescente, tenía pósteres del monarca en las paredes de su habitación. Lo describía como «tan apuesto como un actor de Hollywood». Aquel sentimiento fan desembocó en la decisión de dedicarle su tesis doctoral, llamada 'La forja de un rey'. Pero la primera vez que se vieron fue en 2014, al coincidir durante la producción del documental «Yo, Juan Carlos I, rey de España», de RTVE.

La declarada admiración de Debray por el rey Juan Carlos explica que su relación se fuera estrechando desde 2014, hasta desembocar en la publicación en 2021 su libro Mon roi déchu (Mi rey caído), un relato íntimo construido a través de conversaciones telefónicas y por WhatsApp que ahonda en la salida del monarca de España y en la tensa relación con su hijo, el rey Felipe VI. Para escribir sus memorias, la periodista se trasladó a Abu Dabi con su familia. Allí estuvo, mano a mano con el emérito, tres años.

La íntima relación de Laurence Debray y el rey Juan Carlos ya no puede cuestionarse: ella misma la explica. «El rey sigue muy de cerca el programa de presentación», contó la periodista acerca de la promoción de las memorias en Francia, un mes antes de la publicación en España. «Hablamos con mucha frecuencia, le cuento con todo detalle las entrevistas y los artículos que se publican. Hemos trabajado sin descanso durante tres años, con la mayor confidencialidad».

Una década después de conocer personalmente al rey Juan Carlos y mucho después de convertirle en héroe histórico, Laurence Debray continúa expresándose sobre él como cuando era adolescente: como una fan. «No me importan las críticas, porque es la vida de don Juan Carlos y he tenido la suerte de poder ser su receptora», dijo a la revista Hola, cuando se le planteó la repercusión que tuvieron las opiniones del emérito. «Es un hombre al que admiro y al que tengo mucho aprecio y cariño», confesó.

Que Laurence Debray no ha buscado nunca el segundo plano no es noticia, pues son incontables las entrevistas que ha concedido para hablar de su proyecto, antes y después de la publicación. De hecho, circuló que la periodista francesa no estaba demasiado contenta con la promoción de las memorias del rey Juan Carlos en España, prácticamente inexistente y sin que ella tuviera papel relevante.

Para remediar esta invisibilidad sobrevenida, esta misma semana se celebró una fiesta presentación de las memorias en una galería, en la que Laurence Debray se acompañó por las tres mujeres Borbón más fieles al emérito. La periodista francesa celebraba junto a la infanta Elena, Simoneta Gómez Acebo y María Zurita, ambas sobrinas del rey Juan Carlos, cuando le preguntaron acerca del malestar que su libro habría podido causar a la Casa Real.

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Debray aseveró que no tenía constancia de ningún malestar, como si su posición de cercanía con los Borbón no existiera y sus circunstancias le fueran ajenas. Sus palabras, siempre cariñosas y entregadas a la admiración; su pertenencia al círculo íntimo del rey Juan Carlos, como prueba su convivencia en Abu Dabi; y su complicidad con la infanta Elena explican el ingenioso apodo de «quinta infanta». Se lo puso el periodista Martín Bianchi en X y tiene mucho sentido.

Debray sería la quinta infanta, después de las infantas Elena y Cristina, la infanta Margarita, hermana del rey Juan Carlos, y la infanta Sofía, hija menor de los reyes Felipe y Letizia. Y lo de equipararla a Elena y Cristina tiene su razón de ser, pues aquellos rumores acerca de una posible relación de seducción entre la francesa y el emérito han quedado relegados al olvido, por ridículos. Que hubiera tomado el papel de una hija postiza o, si acaso, intermitente, tiene muchos más visos de realidad. De ahí lo de infanta. Si no por decisión de los Borbón, sí por deseo de ella misma.

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