Máxima seguridad
Crear una cuenta
Iniciar sesiónMáxima seguridad
Hace más de cinco años que el rey Juan Carlos comunicaba por carta a su hijo Felipe su decisión de trasladar su residencia a Abu Dabi, afirmando que la decisión buscaba evitar que su situación personal afectara a la institución monárquica. Ahora, en un momento de máxima exposición mediática tras la publicación en España de su libro de memorias, Reconciliación, la posibilidad de un hipotético retorno a España del rey emérito ya no parece una hipótesis descabellada.
En su autobiografía, escrita a los 87 años y desde su exilio en los Emiratos Árabes junto a Laurence Debray, el padre de Felipe VI reivindica su «herencia» democrática a España, un país al que asegura añorar, y no esconde su deseo de regresar a la península ibérica ahora que se ha cumplido medio siglo de la monarquía parlamentaria.
El monarca, que dedica el libro a su familia, con la excepción de su nuera Letizia, asegura que tomó la decisión de publicar sus memorias, porque sentía que le estaban «robado su historia». En ella asegura haber sido víctima de muchas «debilidades» y de «errores de juicio por amor y por amistad» provocados por las «malas compañías». Con las cartas sobre la mesa, el que fuera rey de España entre 1975 y 2014 sienta las bases para una posible mudanza a España que ya tendría incluso un destino concreto.
Pese a que la gran mayoría de los últimos viajes que ha realizado el rey Juan Carlos a España han tenido como destino la localidad gallega de Sanxenxo, donde siempre se aloja en casa de su gran amigo Pedro Campos, sería la capital de España donde el emérito podría establecer su nuevo cuartel general. Así lo asegura al menos la periodista Sandra Aladro en Vamos a ver.
«Me consta que hace menos de tres meses, durante una de sus visitas secretas a España, un íntimo amigo de su círculo le ofrecía una propiedad a las afueras de Madrid», aseguraba Aladro en el programa de Telecinco. Esta finca de considerable tamaño y no muy alejada de la Zarzuela, dispondría de grandes medidas de seguridad para asegurar la privacidad completa del monarca en su regreso a nuestro país.
De todos modos, la periodista pone condiciones a una hipotética mudanza que daría mucho que hablar. «Él no quiere venir por las malas y a la fuerza, sino encontrar el momento adecuado y que le parezca bien a su hijo. Felipe VI no está solo, sino que también está el Gobierno», señalaba antes de añadir que «el ofrecimiento está ahí».
Mientras surgen nuevos datos que puedan confirmar o desmentir este extremo, el emérito deja claro en sus memorias sus fuertes deseos de regresar a España. «No imaginaba que cinco años después, dos de ellos sin regresar a mi país, seguiría en Abu Dabi», lamenta en Reconciliación. «Hay días de abatimiento y de vacío. Vivo sin perspectivas, sin saber si algún día podré volver… Ahora estoy lejos de mi patria, pero mi corazón permanece firmemente anclado en ella», añade en el libro.
Pero los posibles destinos de una mudanza del rey Juan Carlos no se limitan al territorio nacional. Recientemente, surgían rumores que señalaban a Portugal como su nuevo hogar. El padre de Felipe VI tiene una estrecha vinculación con nuestro país vecino y buenos amigos allí, pero la revista ¡Hola!, citando fuentes de su entorno, calificaba esta opción de «categóricamente falsa».
Con más intensidad resonó la idea de que el emérito hiciera las maletas con destino Suiza. Concretamente, para instalarse en Ginebra, donde contaría la compañía de su hija Cristina. Otro punto que se planteaba a favor de esta decisión sería lo bondadoso del régimen fiscal suizo para los intereses económicos del monarca. Pero de momento, lo único cierto es que sigue en Abu Dabi, echando de menos a España y con el único consuelo de la compañía de su nieto Froilán.
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.