las mejores
las mejores
Hay días en los que abro el armario y todo es un drama. Nada parece encajar, tengo la sensación de que no tengo nada que ponerme y ningún combo (ni siquiera esos que consideraba infalibles) parecen convencerme. Nos ha pasado a todas, ¿verdad? Pues para evitar esta situación incómoda –sobre todo, cuando tienes prisa–, es conveniente tener en mente un repertorio de looks sencillos que siempre funcionan y que nunca defraudan.
Esta clase de estilismos consiguen un resultado favorecedor sin complicaciones porque se apoyan en piezas básicas que todas solemos tener y que transmiten equilibrio y elegancia desenfadada. Por tanto, son fórmulas que no siguen tendencias pasajeras, sino que se basan en proporciones favorecedoras, colores neutros y pequeñas claves de estilo que elevan cualquier conjunto.
Eso explicaría por qué resultan tan útiles cuando no hay tiempo o simplemente no estamos inspiradas. Además, aunque cada persona tiene su propio estilo, estas ideas tienen algo en común, y es que son versátiles, atemporales y se adaptan tanto a días de trabajo como a planes improvisados.
Look monocromático gris con blazer estructurado y sombrero de lana. Este look funciona porque demuestra el poder de vestir de un solo color. Estiliza al instante, elimina decisiones complicadas y eleva automáticamente cualquier conjunto.
Jersey-capa chocolate, falda blanca satinada y gorro estructurado. Es minimalista, pero con personalidad, un look muy elegante y perfecto para esos días en los que no sabes qué ponerte pero no quieres renunciar a un look elegante.
Suéter marrón, falda lápiz negra, medias y tacones clásicos. Este look es perfecto porque parte de dos colores infalibles y los combina con piezas de líneas limpias que siempre estilizan. Es un comodín para esos días en los que tienes claro que menos es siempre más.
Abrigo de pelo, vaqueros blancos y mocasines negros. Es el claro ejemplo de que hay prendas que pueden salvarte cuando no sabes qué ponerte, y es que este abrigo hace absolutamente todo el trabajo. Es cálido, llamativo, favorecedor y convierte cualquier conjunto básico en un look digno de street style.
Blazer negro oversize, pantalón metalizado y zapatos rojos. Me encanta porque aporta un toque moderno que no requiere demasiado esfuerzo ni adornos innecesarios. Son básicos y un pantalón especial, por lo que es muy fácil de replicar.
Chaqueta marrón estructurada, pantalón negro recto y accesorios dorados. Este look triunfa porque se construye a partir del uniforme más fiable del invierno. Es decir, en base a una chaqueta y pantalón negro. Aunque la clave está en los detalles, ya que la chaqueta tiene una estructura impecable que define la figura, los pantalones rectos estilizan y los accesorios dorados añaden calidez y sofisticación. Es un look discreto, elegante y muy sencillo.