UNA SAGA CON MUCHO ARTE
UNA SAGA CON MUCHO ARTE
Elena Molina e Isaki Lacuesta han dirigido uno de los documentales más esperados de los últimos años y también de mayor éxito. Flores para Antonio, que llegó a las salas el pasado 28 de noviembre y a Movistar+ entrados en 2026, ha aterrizado en la séptima posición de la taquilla española tras su primer fin de semana de explotación. Ha recaudado 126.000 euros en 150 salas. Sin duda, este tributo a Antonio Flores ha conectado con la audiencia y las expectativas son excelentes, también de cara a los próximos premios Goya.
Antonio Flores dejó a su prematura muerte a los 33 años un importante legado musical y también una incipiente carrera en el cine, medio en el que su hermana Rosario triunfó en Hable con ella, dirigida por Pedro Almodóvar (en el rodaje conoció a su marido, Pedro Lazaga). Además, la primogénita del clan, Lolita, ganó un Goya a mejor actriz revelación por Rencor, a las órdenes de Miguel Albaladejo. Su hija, Alba Flores, gran promotora de este documental, se ha consolidado como actriz y se atisba en el horizonte un futuro como cantante.
El cantautor llevaba en sus genes el talento de sus progenitores. La leyenda y la sombra de Lola Flores eran tan gigantescas que cualquiera palidecía a su lado. La Faraona brilló en su manera heterodoxa de plantarse en el escenario, de interpretar y de recitar. Estos elemento singulares la convirtieron en una figura inclasificable, porque trascendía a las folclóricas de su generación, de la que formaron parte sus grandes amigas Paquita Rico, Marujita Díaz y Carmen Sevilla.
Con el paso de los años, sin embargo, se ha logrado reivindicar la gran figura que es Antonio González El Pescailla, su marido, quien supo hacerse a un lado para quedarse al tanto de su familia. Un modelo muy similar al que siguieron Rocío Dúrcal y Junior. Ambas artistas tenían intensas giras en América y sus maridos se quedaban al cuidado de los hijos para que tuvieran vidas estructuradas y felices.
Antonio González El Pescaílla tiene un nombre propio en la historia de la música. Es considerado por muchos como el inventor de la rumba catalana, aunque quien la llevó a sus cotas más altas de popularidad fue Peret, algo más joven que él y dedicado en exclusividad a su carrera, mientras que el marido de Lola Flores la supeditó a algunos proyectos de su mujer y a las necesidades de su familia. Aun así tiene un gran repertorio en solitario del que se han mostrado admiradores C Tangana, ex de Rosalía, y Elvira Lindo, entre otras figuras relevantes de la cultura y el mundo del espectáculo.
El Pescaílla pertenece a un linaje de artistas que se remonta, hasta donde tenemos conocimiento, a su abuelo paterno, Manuel González, El Chindo, que llegó a Barcelona a comienzos del siglo XX. Como muchos otros murcianos, emigró buscando una vida mejor en la Ciudad Condal. Fue en la Barceloneta donde encontró acomodo profesional como pescadero, aunque su verdadera pasión era tocar la guitarra.
El Chindo tocaba en algunos de los tablaos del casco histórico de Barcelona y su hijo Antonio fue el primero en recibir un apelativo relativo a su profesión, Sardineta. Su hijo, Antonio González Díaz, se casó con Antonia Batista Jiménez, vecina de La Fraternidad, en la década de los años 20 del siglo pasado. Fueron padres de cinco hijos, Manuel Baldomero, Antonio, El Pescaílla; Juan y Josefa. Los hermanos varones fueron cruciales en la creación de la rumba catalana.
Antonio González, El Pescaílla, se casó por el rito gitano con Dolores Amaya Moreno, sobrina de las legendarias Carmen Amaya y La Chunga, y tuvieron una hija, Toñi, que nació en 1995, una excelente bailaora que siempre ha mantenido una excelente relación con sus hermanos de padre, Lolita, Rosario y Antonio Flores. A su vez, también fue padre de otro hijo, Juan, con la bailaora Carmelita Santos, que vive apartado de la vida pública y toca ocasionalmente la guitarra. Imposible desligar la historia de esta famlia de este instrumento.